Mi Recurso Adventista

Y Jesús oró

09 de septiembre | Devoción Matutina: A Fin de Conocerle

En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Lucas 6:12.

La Majestad del cielo, mientras realizaba su ministerio terrenal, a menudo estaba en ferviente oración. Frecuentemente pasaba así toda la noche. Su espíritu se entristecía al experimentar el poder de las tinieblas de este mundo, y entonces se alejaba de la activa ciudad y la bulliciosamuchedumbre para buscar un lugar retirado para orar a su Padre. El Monte de las Olivas era el retiro favorito del Hijo de Dios. Con frecuencia, después de que las multitudes se apartaban de él para disfrutar del descanso de la noche, él no reposaba aunque estaba cansado con las tareas diarias… Cuando la ciudad estaba envuelta por el silencio y sus discípulos se habían retirado a buscar refrigerio en el sueño, sus ruegos divinos ascendían a su Padre desde el Monte de las Olivas, para que los discípulos recibieran protección contra las influencias malignas que encontrarían diariamente en el mundo, y que su propia alma se fortaleciera y vigorizara para realizar los deberes y soportar las pruebas del día siguiente. Toda la noche, mientras sus seguidores dormían, el Maestro divino oraba, mientras el rocío y la escarcha de la noche caían sobre su cabeza inclinada… {AFC 256.4}

El ejemplo de Cristo ha quedado registrado para sus seguidores. Jesús mismo fue una fuente de bendición y fortaleza: podía sanar a los enfermos y resucitar a los muertos; aun mandaba a la tempestad, y ésta le obedecía; la corrupción no lo contaminaba, y permanecía ajeno al pecado. Sin embargo, tuvo que soportar una agonía que requería la ayuda y el sostén de su Padre, y a menudo oraba con fuertes exclamaciones y lágrimas. Oraba por sus discípulos y por él mismo, identificándose así con las necesidades, las flaquezas y las tentaciones que son comunes a la humanidad… {AFC 257.1}

Cristo… vino al mundo para proporcionar un camino mediante el que pudiéramos hallar gracia y fortale za para el tiempo de necesidad, al seguir su ejemplo orando fervorosa y frecuentemente.—The Review and Herald, 19 de mayo de 1885. {AFC 257.2}


Devoción Matutina: A Fin de Conocerle 
Ellen G. White