Mi Recurso Adventista

Un ganso que da miedo

25 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!» Mateo 7: 11

Los gansos canadienses son aves asombrosas. Siempre vuelan juntos en forma de V, lo cual es todo un espectáculo. También hay algo increíble en la forma en que los gansos crían a sus bebés, que se llaman ansarinos.

Un día después de nacer, los diminutos ansarinos se dirigen al agua para intentar nadar. Pero los estanques están llenos de peligros para los pequeños gansitos. Los peces grandes, las ranas toro y las tortugas pueden atraparlos y hacerles daño. Así que, para mantenerlos a salvo, el papá ganso (al que también se le denomina ánsar) nada cerca de ellos. Bate las alas contra el agua y emite fuertes graznidos para que los animales peligrosos se alejen. Grazna tan fuerte para mantener a salvo a sus crías que da miedo.

Seguramente tu mamá o tu papá, o quizá tus abuelos, también te protegen de muchas maneras: se aseguran de que no cruces la calle hasta que sea seguro, te alimentan con comida sana para que estés fuerte y te dan amor para que siempre te sientas seguro. Si nuestros padres terrenales hacen esto, imagínate cuánto más nos cuida y nos protege nuestro Padre celestial. Él quiere que nos sintamos seguros y protegidos por él.

Tú también puedes proteger y cuidar de los demás. ¿Conoces a alguien más pequeño que tú que pueda necesitar tu ayuda? Quizá sea un niño de la escuela al que los demás están molestando. Tal vez sea un niño que no tiene muchos amigos y siempre se sienta solo, o una niña a la que siempre eligen al último para los juegos. ¿Se te ocurre algo que pueda ayudarlos a sentirse más seguros y protegidos? Cualquier cosa que hagas para ayudarlos hará que Jesús se sienta feliz, porque estarás siguiendo su ejemplo.


Devoción Matutina: Un planeta maravilloso
Vicki Redden, Dee Litten Redd y Joelle Reed Yomada