Mi Recurso Adventista

Todo miembro, involucrado: Un llamado a servir

Es un privilegio para mí presentar el libro Todo miembro, involucrado, porque creo que provee los principios y las aplicaciones prácticas para alcanzar a las personas y ayudarlas a convertirse en discípulos de Jesús. También creo que tienes en tus manos un libro que te inspirará a compartir a tu mejor Amigo, Jesús, con los demás, en forma sencilla y no amenazadora.

La proclamación del evangelio a todo el mundo fue la primera prioridad de Jesús desde el comienzo de su ministerio hasta el final. Desde su bautismo y ascensión al cielo, la preocupación principal de Jesús fue doble. Primero, buscar y salvar a los perdidos; y segundo, enseñarles a otros cómo buscar y salvar a los perdidos. Su meta principal fue evangelizar y enseñar a la gente cómo hacerlo (Lucas 19:10). De esto se trata este libro.

La Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día ha lanzado una iniciativa visionaria denominada Todo miembro, involucrado. Todo miembro, involucrado es todos haciendo algo por Cristo. Cada miembro, cada pastor, cada maestro, cada administrador. Cada miembro, involucrado en la misión de la iglesia. Este libro es uno de muchos recursos que están siendo producidos por la Asociación General para motivar la participación de cada miembro de iglesia.

La gran comisión que Jesús les dio a sus discípulos fue simple, clara y poderosa. La orden fue: “Haced discípulos”. Este es un llamado a cada miembro de iglesia a hacer algo, a involucrarse en la misión de salvar al mundo.

En el mismo comienzo de su ministerio, Jesús les dijo a sus discípulos: “Síganme y los haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19). Al final de su ministerio terrenal, él dijo: “Toda autoridad me es dada en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, id y haced discípulos de todas las naciones” (Mateo 28:18, 19).

Jesús les dijo: “Id y haced discípulos”. Esa era su misión: hacer discípulos. Y ¿qué sucedería con los discípulos que hiciesen? Debían hacer otros discípulos; y esos discípulos, otros discípulos; y así seguir hasta que el evangelio llegara a cada nación de la Tierra.

Lo que Jesús estaba haciendo aquí era crear un organismo de perpetuidad propia que continuaría reproduciéndose. La intención de Jesús era que un discípulo hiciera otro discípulo. Estaba estableciendo el principio de la multiplicación, en que un discípulo generara y desarrollase a otros discípulos, quienes a su vez harían lo mismo. Ha sido comprobado, y se ha demostrado en este libro, que no hay mejor manera de hacer esto que ayudando a la gente a involucrarse en la misión de la iglesia a través de grupos pequeños.

El pastor Alejandro Bullón ha sido un instrumento para traer a miles de personas a los pies de Jesús usando algunos de los principios bíblicos simples pero poderosos para la ganancia de almas que él comparte en este libro.

Es mi oración que este recurso valioso encuentre no solo un lugar en un estante de tu biblioteca, sino también un lugar especial en tu corazón mientras buscas seguir el mandato del Maestro de hacer discípulos involucrándote en la misión.

Ramon J. Canals, D. Min., Director
Escuela Sabática y Ministerio Personal
Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día