Mi Recurso Adventista

Segunda oportunidad

15 de octubre | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«El Señor se dirigió por segunda vez a Jonás, y le dijo: «Anda, vete a la gran ciudad de Nínive y anuncia lo que te voy a decir»» (Jonás 3: 1, 2).

Dios es especialista en concedernos segundas oportunidades y todas las que necesitemos. Si te das cuentas, Jonás 3:1 y 2 repite los dos primeros versículos del capítulo uno. Dios no le hizo regresar a su casa por su mala actitud, desobediencia, terquedad y mala conducta, no sucedió así. Dios le salvó la vida, para que cumpliera la misión que desde un principio le había encomendado: ir a Nínive.

No del todo convencido, Jonás obedeció más por el temor a las consecuencias de volverse a negar que por el deseo de predicar. Entonces «Jonás entró en la ciudad y caminó todo un día, diciendo a grandes voces: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»» (Jonás 3:4). Entonces ocurrió algo inesperado para él: en Nínive nadie lo persiguió, lo apresó, ni lo mató. ¿Por qué? Porque la gente estaba deseando escuchar la Palabra de Dios. El mayor problema de Nínive era la violencia generalizada, pero se arrepintieron. El rey de Nínive dijo: «Deje cada uno su mala conducta y la violencia que ha estado cometiendo hasta ahora» (Jonás 3: 8). Sin duda, habían intentado distintos métodos para controlar dicho mal, pero no lo habían conseguido. Entonces rindieron sus vidas a Dios y obedecieron sus preceptos y todo cambió favorablemente.

Cuando los ninivitas escucharon el mensaje de Jonás ayunaron, se arrepintieron y pidieron perdón a Dios. Este es el resultado de escuchar la Palabra de Dios. Mientras Jonás instruía y advertía; el rey exhortaba y persuadía al pueblo. El rey de Nínive emitió un decreto para que llegara hasta el último rincón de la ciudad y así fuera del conocimiento de todos. Cuando Dios vio la respuesta de la gente, desistió de su plan de destruir la ciudad de Nínive y los perdonó.

En cualquier lugar del mundo hay personas esperando recibir el mensaje de salvación, ¿estás dispuesto a ser el mensajero?


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo