Mi Recurso Adventista

Oposición y una nueva oportunidad

29 de octubre | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«Los israelitas, los sacerdotes, los levitas y los demás que estuvieron desterrados, celebraron con alegría la dedicación del templo de Dios» (Esdras 6:16).

Ninguna tarea es fácil, siempre se presentan obstáculos. Para cualquier actividad se requiere perseverancia y no rendirse a la primera. De igual manera, cuando una persona se propone seguir la voluntad de Dios, siempre surgirán obstáculos que procurarán desanimarla. En cuanto a la experiencia del pueblo de Dios al reconstruir el templo, también enfrentaron obstáculos que detuvieron la obra durante quince años.

En primer lugar, un grupo de personas se ofreció para ayudarles en la reconstrucción, a lo cual los judíos se negaron. Hicieron bien en negarse, pues eran «enemigos de Judá y Benjamín» (Esdras 4:1), y adoraban a otros dioses. Luego estos mismos enemigos, que habían mostrado interés por ayudar, presentaron sus verdaderas intenciones: atemorizaron a la gente «para que no siguiera edificando» y sobornaron «contra ellos a algunos consejeros para frustrar sus propósitos» (Esdras 4: 4, 5, RV95). La intimidación y el temor que experimentó el pueblo junto a la prohibición de parte de las autoridades, previamente sobornadas, interrumpió el avance de la reconstrucción. En ese momento, Dios envió a dos profetas, Hageo y Zacarías, para animar al pueblo y recordarle el ideal del Señor para ellos. Estos profetas respaldaron la labor del sacerdote Josué y del gobernador Zorobabel.

Por su parte, el rey Darío se encargó de buscar el decreto original en donde se le autorizaba al pueblo la reconstrucción. Para su sorpresa, además del permiso se encontró con la indicación de pagar a los trabajadores y de dar todo lo necesario para los sacrificios (lee Esdras 6: 8, 9).

Definitivamente, Dios ayudó a su pueblo a través de las decisiones de los reyes Ciro, Darío y Artajerjes (lee Esdras 6:14) en las diferentes etapas de sus reinados; así como a través de los mensajes de sus profetas Hageo y Zacarías. Finalmente, en el año 515 a. C. (antes del nacimiento de Cristo), concluyó la reconstrucción del templo. ¡Dios siempre está al control!


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo