Mi Recurso Adventista

Músculo y fibra espirituales

03 de octubre | Devoción Matutina: A Fin de Conocerle

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Santiago 1:12.

En tiempo de tentación, pareciera que perdemos de vista el hecho de que Dios nos prueba para demostrar la calidad de nuestra fe, y para que a la venida de Jesús podamos tributarle alabanza, honor y gloria. El Señor nos coloca en diferentes situaciones para desarrollarnos. Si tenemos defectos de carácter que no conocemos, nos disciplina para que veamos esos defectos y podamos vencerlos. El ha dispuesto que nos encontremos en diferentes circunstancias para que hagamos frente a diversas tentaciones. Cuántas veces, cuando nos encontramos en una situación difícil, pensamos: “Este es un error pasmoso. Cómo quisiera haber quedado donde estaba antes”. ¿Pero por qué no estáis satisfechos? Se debe a que esa circunstancia particular ha servido para mostraros nuevos defectos de vuestro carácter… ¿Qué haréis cuando sois probados por designio del Señor? Debéis hacer frente a la emergencia y vencer vuestros defectos de carácter. {AFC 280.4}

El contacto con las dificultades os dará músculo y fibra espirituales. Os haréis fuertes en Cristo, si soportáis el proceso probatorio… Cuando vengan las pruebas, recordad que sois espectáculo ante los ángeles y los hombres, y que cada vez que fracasáis en soportar la prueba del Señor, estáis perdiendo vuestra fortaleza espiritual. Dejad de lamentaros, llevad vuestra carga a Jesús y abrid toda vuestra alma a su influencia. No confiéis en terceras personas. No pongáis vuestra carga sobre la humanidad. Decid: “No complaceré al enemigo murmurando. Pondré mis preocupaciones a los pies de Jesús. Confiaré en él por fe”. Si lo hacéis así, recibiréis ayuda de arriba y comprenderéis el cumplimiento de la promesa: “Porque está a mi diestra, no seré conmovido”. Salmos 16:8.—The Review and Herald, 6 de agosto de 1889. {AFC 281.1}


Devoción Matutina: A Fin de Conocerle 
Ellen G. White