Mi Recurso Adventista

La valiente onagra

12 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«Él mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas.» Salmos 91: 11

A pesar de que su flor no es más bella que muchas otras, hay algo que resulta fascinante en la onagra. Durante dos o tres días antes de que se abran las flores, uno puede ver cómo se van preparando para florecer. El tallo de la flor se vuelve amarillo y crece hacia arriba, hasta que una noche cálida, normalmente hacia la puesta de sol, los pétalos empiezan a desplegarse.

Los pétalos están muy cerca unos de otros como un paraguas, y parecen abrirse casi con la misma rapidez. En una misma planta pueden abrirse tres o cuatro flores en una sola tarde. Sus pétalos de color amarillo limón son anchos, y las plantas pueden llegar a medir entre un metro y un metro y medio de altura.

Los pétalos son tan pálidos que pueden verse fácilmente al atardecer, y a veces incluso de noche. Como se abren al caer la noche, la mayor parte del polen de la onagra es transportado por insectos nocturnos, como las polillas.

Algunas flores se pliegan por la noche y solo se abren en las horas soleadas del día. Pero a la onagra no le asusta la oscuridad; es entonces cuando lucen más bonitas. Pide hoy a Dios que te ayude a tener la belleza y la valentía de la onagra, incluso aunque a veces este mundo parezca oscuro y lleno de maldad.


Devoción Matutina: Un planeta maravilloso
Vicki Redden, Dee Litten Redd y Joelle Reed Yomada