Mi Recurso Adventista

Fieles en la escuela

21 de septiembre | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«Ordenó [Nabucodonosor] a Aspenaz, jefe del servicio de palacio, que de entre los israelitas de familia real y de familias distinguidas trajera jóvenes» (Daniel 1: 3, 4).

Nabucodonosor, el rey de Babilonia, no solo se llevó los valiosos utensilios del templo de Jerusalén, lo más preciado que se llevó fue a las personas. A diferencia de otros monarcas, el rey buscó a jóvenes de buen parecer, saludables, inteligentes y talentosos para llevarse a Babilonia. Esas características eran una realidad en las vidas de Daniel, Ananías, Misael y Azarías. El rey Nabucodonosor no se los llevó para meterlos en la cárcel, sino que los envió a la universidad de Babilonia para estudiar durante tres años. El rey quería prepararlos para que se convirtieran en sus representantes e influyeran en los demás judíos.

«El curso» de tres años tenía como propósito principal transformarlos de judíos en babilonios. Comenzaron asignándoles nuevos nombres, y luego les enseñaron nuevas costumbres, nuevas ideas, nuevos dioses, una nueva alimentación y un nuevo idioma.

Tener un nuevo nombre y aprender un nuevo idioma no suponía ningún problema. Pero, respecto a las demás enseñanzas babilónicas, los jóvenes tendrían que tomar decisiones cruciales si querían mantenerse fieles a Dios. Y así sucedió, cuando estuvo en juego la ley de Dios, ellos tuvieron que decidir, sin importar las consecuencias, si iban a mantenerse fieles a su Dios o no. Por ejemplo, en esa escuela de Babilonia, además de ciencias, aprendieron sobre mitos, deidades paganas, astrología y adivinación. Sin embargo, no solo aprobaron con creces, sino que además fueron fieles a Dios.

El nuevo conocimiento no los deslumbró, tuvieron la capacidad de comparar todo lo que escuchaban y leían con la fe que sus padres les habían enseñado en sus hogares, y siempre decidieron ser fieles a Dios. El apóstol Pablo escribió: «Sométanlo todo a prueba y retengan lo bueno» (1 Tesalonicenses 5: 21). Si tú no acudes a una escuela adventista, seguramente escucharás enseñanzas contrarias a la Palabra de Dios, pero como Daniel y sus amigos puedes decidir ser fiel a Dios y a las enseñanzas registradas en la Biblia.


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo