Mi Recurso Adventista

El Cordero

13 de marzo | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«La sangre les servirá para que ustedes señalen las casas donde se encuentren. Y así, cuando yo hiera de muerte a los egipcios, ninguno de ustedes morirá, pues veré la sangre y pasaré de largo» (Éxodo 12:13).

Llegó el día de la liberación. Desde ese día en adelante, los israelitas celebrarían su liberación de la esclavitud de Egipto mediante la fiesta de la Pascua cada año.

A diferencia de las primeras nueve plagas, en la décima los israelitas debían involucrarse y obedecer al pie de la letra las indicaciones para permanecer a salvo y poder salir de Egipto. Cada familia tenía que elegir un cordero el día 10 de ese mes para sacrificarlo el día 14. Las cualidades del cordero eran precisas: debía tener un año, ser macho y sin defecto.

Cada familia debía comer el cordero asado y por completo. También era necesario aplicar la sangre de ese cordero en el marco de la puerta de sus casas. Ese cordero representaba a Jesús que moriría por nosotros siendo inocente, como señaló Juan el Bautista cuando vio a Jesús: «Ese es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1: 29). El hecho de que el animal no debía tener mancha era muy importante, pues representaba la vida perfecta que Jesús vivió en esta tierra. La Biblia nos habla sobre el carácter perfecto de Jesús: «Él es santo, sin maldad y sin mancha, apartado de los pecadores y puesto más alto que el cielo» (Hebreos 7: 26).
Por eso puede ser nuestro Salvador, y librarnos del pecado y sus consecuencias.

Elegir el cordero el día 10 estaba bien, pero no servía de nada si no lo sacrificaban el día 14. Sacrificarlo era necesario, pero insuficiente si no se lo comían por completo. Comerlo era importante, pero la obra estaba incompleta si no untaban el marco de acceso a sus casas con la sangre de ese cordero inocente. Todos los que obedecieron al pie de la letra estas indicaciones fueron librados de la décima plaga y pudieron salir de Egipto.

Jesús quiere que lo aceptemos como nuestro Salvador y obedezcamos su Palabra para ser salvos y vivir con él por la eternidad. ¿Decidirás aceptarlo y obedecer sus mandamientos?


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo