Mi Recurso Adventista

El búho de peluche

30 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«¡Todos ellos son falsos! Sus obras no son nada; sus ídolos no son más que viento y confusión.» Isaías 41: 29, NVI

¿Qué tipos de aves hay en tu jardín y en el área de tu ciudad? ¿Has visto petirrojos y gorriones? Quizá viste un pájaro carpintero con sus lindos colores o incluso un colibrí. A millones de personas les gusta observar a las aves. A algunos solo les divierte ver llegar a los cardenales y a los mirlos a sus comederos. Pero otros se lo toman muy en serio. En cualquier caso, es muy emocionante ver a las aves.

Una de las mejores épocas para ver aves en abundancia es cuando migran, dirigiéndose al norte o al sur cada primavera y otoño. Las aves se mueven por la necesidad de encontrar un clima más agradable y durante la migración puedes ver miles de aves volando en formación. Utilizan su sistema de orientación interno, volando por «autopistas celestes» invisibles que encuentran y por las que navegan.

Juan estaba dando un paseo durante la época en que migran los halcones cuando vio un búho cornudo posado en lo alto de un poste. Se detuvo para verlo más de cerca y descubrió que solo era un búho de peluche. Un amigo suyo lo había colocado allí para engañar a los halcones, con la esperanza de que se acercaran a examinarlo en su ruta hacia el sur. Juan esperó a ver si se acercaba alguno.

Pronto oyó un fuerte silbido y vio cómo un hermoso halcón de hombros rojos se abalanzaba sobre el búho de peluche. El siguiente visitante volador fue un pequeño gavilán que hizo un par de pasadas sobre el pájaro mucho más grande del poste. Luego, un gavilán de Cooper, con las garras extendidas, se abalanzó directamente sobre el búho. Como este ni siquiera se inmutó, el gavilán giró rápidamente y se posó en un árbol para mirar fijamente al ave de peluche antes de emprender de nuevo el vuelo.

Aquel ave falsa confundió a halcones y gavilanes dos o tres veces, y eso era gracioso. Lo que no es tan gracioso es que la gente sea falsa. Incluso los niños pueden ser falsos. ¿Se te ocurren formas de que eso ocurra? Ser falso no solo es aburrido, sino que no es justo para tus amigos y familiares. Es mejor ser auténtico para que la gente pueda conocer a Jesús a través de ti.


Devoción Matutina: Un planeta maravilloso
Vicki Redden, Dee Litten Redd y Joelle Reed Yomada