Mi Recurso Adventista

El Alfarero divino

18 de septiembre | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«El Señor me dijo: «¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro? Ustedes son en mis manos como el barro en las manos del alfarero»» (Jeremías 18: 5, 6)

En los días de Jeremías, las vasijas eran de barro y se realizaban amano. Sin duda, Jeremías conocía bien el trabajo de un alfarero. Seguro que había visto cómo los alfareros moldeaban con cuidado el barro para obtener una vasija bien hecha.

Un día Dios le indicó al profeta que acudiera a la casa de un alfarero en particular pues tenía un mensaje para él. Dios a veces se manifiesta desde lugares poco probables u ordinarios, pero el mensaje siempre es claro, no importa de donde proceda; así que hemos de estar preparados para escuchar su voz. ¿Cómo? Logramos escuchar su voz cuando somos conscientes de su constante presencia en nuestras vidas.

Jeremías llegó a la casa del alfarero y observó que estaba sentado ante dos ruedas de piedra paralelas que estaban unidas por un eje. Hacía girar la rueda inferior con los pies y trabajaba la arcilla en la rueda superior mientras esta giraba. De repente, el alfarero descubrió que la vasija no estaba bien hecha, entonces deshizo la vasija y volvió a empezar a modelar el barro pacientemente hasta que la vasija quedara perfecta. Entonces Dios le dijo a Jeremías las palabras del versículo de hoy: «¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro?». Es una pregunta que Dios te dirige, ¿cómo le responderás?

Así como el alfarero tiene poder sobre el barro, así lo tiene el Señor para modelarnos a nosotros. Hoy puedes darle las gracias porque tiene un plan especial para ti, confía en él sea cual sea tu situación. Él te enseñará qué camino debes tomar y cómo responder a cualquier inquietud. El apóstol Pablo se valió de la ilustración de Dios al profeta para recordarnos que Dios es soberano y siempre podemos confiar en él: «Tú, hombre, ¿quién eres para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso la olla de barro le dirá al que la hizo: «Por qué me hiciste así?»» (Romanos 9:20). ¡Deja a Dios ser Dios en tu vida!


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo