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¿Cómo sobrevivir?

21 de octubre | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«Aquel cuya alma no es recta, es arrogante; pero el justo vivirá por su fe» (Habacuc 2: 4, RVC).

El profeta Habacuc es otro de los profetas menores. Este profeta tuvo un diálogo con Dios en el que le planteó muchas preguntas significativas pues, a su parecer, Dios no actuaba respecto a las injusticias que acontecían en medio de Judá. Había violencia, maldad, destrucción y pleitos (lee Habacuc 1: 2, 3). Habacuc llevaba tiempo no solo pidiendo la intervención divina, sino gritándole a Dios en señal de desesperación.

Cuando Dios le respondió y le dijo lo que iba a hacer, el profeta se sintió más confundido que al principio. El Señor le dijo que a causa de la maldad generalizada iba a enviar a Babilonia para derribar a Jerusalén, destruir a mucha gente y llevarse a más cautivos. ¿Por qué Dios iba a utilizar a personas más violentas e idólatras que Judá para hostigarlos?

Aunque no comprendía el plan divino, Habacuc tenía que escribir en tablas de barro lo que iba a suceder (lee Habacuc 2: 2). Ante la perspectiva de un futuro devastador, el pueblo se iba a dividir en dos grupos: unos iban a seguir siendo malvados y orgullosos, es decir, en su postura de incredulidad y al ver el cumplimiento de lo predicho iban a procurar defender la ciudad; mientras que otros sobrevivirían a esa destrucción mediante la fe en Dios. A pesar de un sombrío panorama, que para muchos podría parecer desalentador, habría personas que demostrarían su justicia al colocar su confianza en Dios. Solo así iban a salvar sus vidas.

El libro de Habacuc nos enseña que la fe sincera en Dios no depende de cómo te sientes, ni de lo que ocurre a tu alrededor. Demuestras tu fe cuando, a pesar de que estés viviendo una situación difícil, recuerdas que Dios está al control y confías en él.

Al igual que en los días de Habacuc, hoy vemos a nuestro alrededor maldad y violencia, pero sabemos que Jesús volverá pronto y terminará con la maldad y la injusticia. Mientras ese momento llega, vive cada día confiando en Dios, pues «el justo vivirá por su fe»


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo