Mi Recurso Adventista

Como ladrón en la noche

Ya pasaron más de veinte siglos desde que Jesús prometió volver. ¿Y por qué no lo hace? El propio Apóstol responde “Pero no olviden, amados hermanos, que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no se tarda para cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que nos tiene paciencia y no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se vuelvan a él. Pero el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Ese día los cielos desaparecerán en medio de un gran estruendo, y los elementos arderán y serán reducidos a cenizas, y la tierra y todo lo que en ella se ha hecho será quemado” (2 Pedro 3:8-10).

EL TIEMPO DE DIOS

Hay dos pensamientos que se destacan en esta declaración de Pedro. El primero es la brevedad de la vida humana. ¿Cuánto puede vivir el ser humano más longevo de nuestros días? En las montañas rusas descubrieron un hombre que tenía 126 años de edad. ¿Qué significa 126 años comparado con la eternidad divina? Por lo tanto, Jesús no demora. Es el ser humano que vive una milésima de segundo comparado con el tiempo de Dios. El segundo pensamiento tiene que ver con la infinita misericordia divina. Dios ama a las personas. Si dependiese de su amor, todos se salvarían pero tristemente la salvación es un asunto de decisión personal. Nadie puede Interferir. Dios creó al hombre y a la mujer libres, para que ellos escojan lo mejor, a la luz de la Palabra.

El hecho de que Dios ama al ser humano y tiene mucha paciencia con él, sin embargo, no significa que Jesús no vendrá. “Pero el día del Señor legará como un ladrón en la noche. Ese día los cielos desaparecerán en medio de un gran estruendo, y los elementos arderán y serán reducidos a cenizas, y la tierra y todo lo que en ella se ha hecho será quemado” (2 Pedro 3:10). Aquí encontramos bien definido el elemento sorpresa. Ningún ladrón avisa el día y la hora cuando va a robar. Pedro compara la venida de Jesús con la sorpresiva acción del ladrón. El centro de la comparación es la sorpresa.

COMO EN LOS DÍAS DE NOÉ

Hablando de la falta de preparación para la segunda venida, Jesús dijo que su regreso a esta tierra sucedería como el diluvio en los días de Noé. “La venida del Hijo del Hombre será como en los días de Noé; pues así como en los días antes del diluvio la gente comía y bebía, y se casaba y daba en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39).

No hay nada de malo en casarse o darse en casamiento. El hecho de que las personas se casen no puede ser tomado como una señal del regreso de Cristo. El tema central es el sorpresivo retorno de Jesús; la falta de preparación de las personas para el momento crucial que se aproxima. Cuando Noé empezó a decir que el mundo terminaría con un diluvio, nadie creyó en él. Pensaban que estaba loco. Se burlaban de él.

El mensaje de Noé era impopular. Nada fácil de ser aceptado. También hoy, el mensaje de la Biblia es extraño para la mente postmodernista. Ridículo tal vez. Algunos lo consideran sin sentido “El mensaje de la cruz es ciertamente una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, es poder de Dios” 1 Corintios 1:18).

Cierto día cuando a nadie le parecía que algo extraordinario podría suceder, un día común como cualquier otro, un día en el que todo mundo se levantó con la idea de vivir un día más, sucedió algo extraordinario.

Repentinamente se observó en el cielo algo extraño. Una nube. Una pequeña nube que aumentaba de tamaño. Oscura, como la tristeza. Crecía y asustaba, y se apoderó de la extensión del cielo. Por primera vez se escuchó un estruendo llamado trueno. Saetas de luz herían el cielo oscuro. Todo el mundo se acordó de Noé y de la “locura” del arca. Todo el mundo corría. Todos pedían auxilio, pero la puerta del arca había sido cerrada por los ángeles y nadie la podía abrir. “y no entendieron -afirma la Biblia- hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre (Mateo 24:39).

Muy pronto llegará el día cuando los seres humanos despertaremos como siempre lo hacemos para cumplir los trabajos diarios. Los lugares de placer estarán llenos. Gente haciendo el bien y haciendo el mal. Corriendo como todos los días detrás de sus sueños. Nada de anormal. Nada de diferente. Tal como en los días de Noé.

Mucha gente correrá asustada sabiendo que llegó la hora final y ellos no están preparados. Nadie podrá soportar la presencia del Hijo de Dios que regresa con sus ángeles para reclamar a los suyos, pero los que creyeron en su venida y se prepararon, levantarán los brazos y dirán: “… ¡Este es nuestro Dios! ¡Este es el Señor, a quién hemos esperado! ¡Él nos salvará! ¡Nos regocijaremos y nos alegraremos en su salvación!” (Isaías 25:9).

¿Estás listo?


Todo ojo le vera… ¡El día está llegando!
Pr. Alejandro Bullon

Publicaciones recientes