Mi Recurso Adventista

¿Cómo es Dios?

13 de septiembre | Devoción Matutina: A Fin de Conocerle

Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti. Isaías 54:10.

No debemos pensar en Dios solamente como juez, y olvidarnos que es nuestro Padre amante. Nada puede causar más daño a nuestra alma, porque toda nuestra vida espiritual quedará moldeada por nuestro concepto del carácter de Dios… {AFC 260.3}

Aprovechemos las preciosas oportunidades de familiarizarnos con nuestro Padre celestial, “porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16. ¡Qué amor maravilloso el manifestado por Dios, el Dios infinito, al concedernos el privilegio de acercarnos a él llamándolo Padre! Ningún padre terrenal podría suplicar más vehementemente a su hijo que yerra, que Aquel que nos creó cuando ruega al transgresor. Nunca un interés humano, lleno de amor, ha seguido al impenitente con invitaciones tan tiernas… {AFC 260.4}

Ha empeñado su palabra. Las montañas podrían desaparecer y los collados podrían temblar, pero su amor no se apartará de su pueblo, ni se quebrantará el pacto de su paz. Se oye su voz que dice: “Con amor eterno te he amado”. Jeremías 31:3. “Con misericordia eterna tendré compasión de ti”. Isaías 54:8. Cuán asombroso es este amor, que Dios condescienda a quitar toda causa de duda e incertidumbre del temor y la flaqueza humanos, y tome la mano temblorosa que se levanta hacia él con fe; y nos ayude a confiar mediante renovados motivos de seguridad. Nos ha dado un pacto fiel a condición de que obedezcamos, y viene a encontrarnos en nuestra propia manera de entender las cosas. Creemos que una promesa de nuestros semejantes necesita una garantía. Jesús ha contemplado estos temores peculiares, y ha confirmado su promesa.—The Review and Herald, 5 de abril de 1887. {AFC 261.1}


Devoción Matutina: A Fin de Conocerle 
Ellen G. White