Mi Recurso Adventista

Categoría - Un planeta maravilloso

¿Cuánto sabes de plantas y flores?

16 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso «Si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes.» Mateo 6: 30...

El dentista de tortugas

15 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«En aquel día restauraré la casa caída de David. Repararé sus muros dañados. De las ruinas, la reedificaré y restauraré su gloria anterior.» Amós 9: 11, NTV

Como un pez fuera del agua

14 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«¿Qué mujer que tiene diez monedas y pierde una de ellas, no enciende una lámpara y barre la casa buscando con cuidado hasta encontrarla?»Lucas 15: 8, NVI.

El loro parlanchín

13 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«[Sé] como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que enseña debidamente el mensaje de la verdad.» 2 Timoteo 2: 15

La valiente onagra

12 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«Él mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas.» Salmos 91: 11

Se vende con la gansa

11 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; […] voy a prepararles un lugar.» Juan 14: 2

La canguro heroica

10 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.» Juan 3: 16

La hipopótamo vagabunda

09 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«Tú eres mi refugio: me proteges del peligro, me rodeas de gritos de liberación.» Salmos 32: 7

¿Cuánto sabes de insectos?

08 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«Come, hijo mío, la dulce miel del panal; prueba lo deliciosa que está.» Proverbios 24: 13

Un oso grande, malo y furioso

07 de enero | Devoción matutina: Un planeta maravilloso

«Deja el enojo, abandona el furor, no te enojes, porque eso empeora las cosas». Salmo 37:8