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Canales de bendiciones

26 de enero | Devoción Matutina: El fascinante laboratorio De Dios

«El Señor le dijo: «Ve, porque he escogido a ese hombre para que hable de mí a la gente de otras naciones, y a sus reyes, y también a los israelitas».» (Hechos 9:15)

¿TIENES ALGÚN ÁRBOL O PLANTA CERCA DE TI EN ESTE MOMENTO? ¿Puedes ver sus hojas? Observa que en ellas hay algunas líneas que se bifurcan en alto relieve. Estos son los vasos conductores y, así como nuestros vasos sanguíneos conducen los nutrientes en nuestro cuerpo, ellos conducen los nutrientes para la planta.

Un simple experimento puede mostrarnos cómo ocurre esto. Para realizarlo, utiliza dos vasos de agua, dos colorantes alimentarios de distintos colores, y dos hojas de acelga o de repollo. Añade a cada vaso de agua un colorante diferente; a continuación, introduce una hoja en cada vaso de agua con su base sumergida en el líquido.

Deja el experimento preparado durante toda la noche. Mañana podrás ver las hojas se habrán coloreado. ¿Cómo? Debido a los vasos que conductores absorben y distribuyen el líquido por toda la planta.

Podemos comparar este experimento con nuestro papel a la hora de llevar el mensaje a otros. En el contexto del versículo de hoy, Ananías acepta la misión de llevarle un importante mensaje a Pablo. Este mensaje fue esencial en el proceso de conversión del apóstol.

Si estamos inmersos en todo lo que Dios recomienda, orando y estudiando su Palabra diariamente, no solo nuestras vidas serán transformadas, sino que podremos ser canales de bendición para otros, al igual que lo fueron Ananías y Pablo.

Dios también declara sobre cada uno de nosotros: «Porque he escogido a ese hombre/mujer para que hable de mí a la gente de otras naciones, y a sus reyes, y también a los israelitas» . ¿Qué te parece esta misión?

Ora todos los días para ser un vaso conductor de la gracia de Dios. Pide que los dones del Espíritu fluyan hacia otros a través de tus acciones diarias, y verás el fortalecimiento de tu fe y el surgimiento de muchos frutos en tu vida.


Devoción Matutina: El fascinante laboratorio de Dios
Mayara Lustosa y Rodrigo Barbosa