Mi Recurso Adventista

Caminos diferentes y separados

24 de octubre | Devoción Matutina: A Fin de Conocerle

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13, 14.

Estos caminos son distintos, separados, y van en dirección opuesta. Uno conduce a la muerte eterna, y el otro a la vida eterna. Uno es ancho y suave y el otro es estrecho y áspero. La gente que viaja por ellos es opuesta en carácter, en vida, en vestido y en conversación. {AFC 301.5}

Los que van por el camino estrecho, hablan de la felicidad que tendrán al final del viaje… No se visten como los del camino ancho, ni hablan como ellos, ni actúan como ellos. Han recibido un modelo, un Varón de dolores, experimentado en quebranto abrió ese camino para ellos y viajó por él. Sus seguidores ven sus pisadas y se consuelan y alegran. Él lo recorrió a salvo, y ellos también pueden sentirse seguros, si van tras sus pasos. {AFC 301.6}

En el camino ancho, todos están ocupados consigo mismos, con sus vestidos y placeres. Participan abundantemente de alegría y fiestas, y no piensan en el final del camino, en la ruina que aguarda al final de todo. Cada día se aproximan más a su destrucción y, sin embargo, se apresuran locamente más y más… {AFC 302.1}

Una forma de piedad no salvará a nadie. Todos deben tener una experiencia profunda y viva. Solamente esto los salvará en el tiempo de angustia que nos espera. Entonces se probará su obra, de qué clase es. Si es oro, plata y piedras preciosas, estarán ocultos en el pabellón secreto del Señor. Pero si su obra es madera, heno y hojarasca, nada podrá protegerlos del furor de la ira de Jehová… {AFC 302.2}

Los que desean realizar cualquier sacrificio por la vida eterna, la conseguirán. Y vale la pena sufrir por ella, vale la pena crucificar el yo por ella, y sacrificar los ídolos por ella.—The Review and Herald, 12 de diciembre de 1882. {AFC 302.3}


Devoción Matutina: A Fin de Conocerle 
Ellen G. White