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Vacunados

22 de febrero | Devoción Matutina: El fascinante laboratorio De Dios

«Donde hay envidias y rivalidades, hay también desorden y toda clase de maldad.» (Santiago 3:16)

CUANDO ÉRAMOS PEQUEÑOS NOS HICIERON LLORAR, PERO LO cierto es que su acción puede salvar millones de vidas. Estamos hablando de las vacunas. Aunque existen desde hace siglos, siguen siendo una importante protección contra virus y bacterias. ¿Sabes cómo funcionan?

Las vacunas pueden contener partes del microorganismo que causa una enfermedad o incluso el microorganismo entero, pero debilitado o inactivado. De este modo, se estimula el sistema inmunitario para que se produzcan anticuerpos que hagan a la persona inmune a la enfermedad.

Para muchas enfermedades ya existen vacunas (paperas, fiebre amarilla, tos ferina, tétanos, etc.); pero para otras, aún deben desarrollarse. Y para conseguirlo, es necesario identificar la enfermedad y su agente causal.

Aunque no se considere una enfermedad, el mundo está siendo invadido por la pandemia del EGOÍSMO. La gente parece preocuparse solo por sus gustos y deseos, sin preocuparse de cómo sus acciones pueden perjudicar a los demás. La enfermedad del egoísmo tiene como virus el pecado.

SOLO JESÚS PUEDE CURARNOS DE ESTA ENFERMEDAD. Él nos dice que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros. Cristo vivió en nuestro planeta y nos dio un perfecto ejemplo de una vida sin egoísmo.

Él pensaba en los demás. Sanó a los enfermos, liberó a los cautivos del mal, ayudó a los que estaban tristes y sufrió para que tú y yo pudiéramos tener vida eterna.

¡IMITAR A JESÚS es la mejor vacuna contra el egoísmo! ¿Qué te parece recibir una dosis diaria de esta vacuna? No duele y vale la pena. ¡Vivirás más sano y feliz!

VACUNA CONTRA EL MAL


Devoción Matutina: El fascinante laboratorio de Dios
Mayara Lustosa y Rodrigo Barbosa