Mi Recurso Adventista

Guardianas de la creación

22 de enero | Devoción matutina: Virtuosa

«Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes.» Thomas Edison.

Desde siempre, los masáis han sido enemigos de los leones. Estas fieras atacan los ganados de su tribu, y por eso la prueba que, tradicionalmente, todo joven masái ha tenido que superar para ser considerado guerrero ha sido matar un león. Hasta que llegó Olubi Lairumbe.

Olubi es un guerrero masái, pero un guerrero diferente. Él admite ante las cámaras de televisión de la cadena BBC9 británica que “para su tribu, matar a un león es la única forma de llegar a ser un auténtico masái”, sin embargo, ha decidido no matarlos.

Cuando tenía diecisiete años tuvo que matar a una leona que estaba atacando su ganado y, al acercarse al cuerpo muerto de su adversaria, descubrió que llevaba cachorritos en el vientre. Se sintió tan culpable de haberle quitado la vida que, a partir de entonces, cambió de actitud hacia esos animales. Ellos se convirtieron en su objeto de estudio y admiración.

Olubi es un auténtico guerrero, solo que ahora su guerra consiste en proteger a los leones. Su guerra es una lucha por la vida, por el equilibrio de la naturaleza. Su meta es noble, y por eso no le pesa haber dado la espalda a cientos de años de tradición.

Olubi está marcando la diferencia donde vive. Hasta hace pocos años, miles de leones habían rodeado las tierras de su tribu, pero actualmente solo quedan cien. Él, junto con otros guerreros masáis que se le han unido, les han puesto nombre a todos y los protegen, para que no mueran más. Con ayuda de la bióloga Stephanie Dolrenry, Olubi se dedica a poner collares a los leones para saber dónde están y poder avisar a las tribus de su territorio cuando esos felinos se acerquen.

El objetivo es que se lleven los ganados a otro lugar temporalmente, evitando así el conflicto. De esa manera, protegen la vida animal. Desde que Olubi comenzó este proyecto, no ha muerto un solo león más. Simplemente, inspirador.

Proteger la vida, superando ciertas tradiciones y promoviendo hábitos y modos de pensar respetuosos con todos los seres vivos, es uno de los llamados que hemos recibido de parte de Dios.

Él ha creado el mundo que nos rodea y nos ha dejado como guardianas de su creación. Nosotras también podemos marcar esa diferencia; nosotras también podemos ser auténticas “guerreras”.

El justo cuida de la vida de su ganado, pero el corazón de los malvados es cruel” (Prov. 12:10, RVR95).

9 África (documental de la BBC, Bristol, 2013).


Devoción Matutina: Virtuosa
Mónica Díaz