Mi Recurso Adventista

El Rey sobre el burro

07 de noviembre | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«¡Alégrate mucho, ciudad de Sion! ¡Canta de alegría, ciudad de Jerusalén! Tu rey viene a ti, justo y victorioso, pero humilde, montado en un burro, en un burrito, cría de una burra» (Zacarías 9: 9).

Cuando un rey entraba a conquistar una ciudad no era una experiencia agradable para sus habitantes. La gente corría atemorizada, pues este venía montado en un caballo y acompañado de un ejército dispuesto a destruir a quien se resistiera. Pero el rey que menciona el profeta Zacarías en el versículo de hoy es diferente; es justo, salvador, humilde y cabalga sobre un burrito. Este rey quería establecer en Jerusalén justicia, salvación, espíritu de servicio y paz. ¿Sabes quién era ese rey? Era Jesús.

Esta profecía se cumplió quinientos años después, cuando Jesús entró triunfalmente en Jerusalén, sobre un burrito. Ese día nadie se escondió, al contrario, la gente se juntó a su alrededor, se quitaron sus túnicas para que el burro avanzara por encima de ellas. Todos tomaron ramas de árboles para aclamarlo y hasta los niños gritaban: «¡Hosanna al Hijo del rey David!» (Mateo 21: 9, 15).

Sin embargo, Jesús sabía que muchas voces que ese día lo alababan, en solo cinco días, gritarían: «¡Crucifícale! ¡Crucifícale!». Jesús, que todo lo conoce, sabía que algunos solo lo halagaban para obtener un beneficio material. Por eso, «cuando llegó cerca de Jerusalén, al ver la ciudad, Jesús lloró por ella» (Lucas 19: 41).

Hoy Jesús desea que decidas pertenecer a su reino eterno, que se distinguirá por las mismas cualidades que se proponía establecer en Jerusalén: justicia, salvación, servicio y paz. Pronto Jesús vendrá en las nubes del cielo con poder, montado sobre un caballo blanco, para destruir a sus oponentes; pero también vendrá como un rey para rescatar a quienes lo reconocieron como tal en sus vidas (lee Apocalipsis 19: 11-16). Entonces, como lo describe el apóstol Juan, los salvados de todas las partes del mundo con palmas en sus manos gritarán: «¡La salvación se debe a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero!» (Apocalipsis 7: 10). ¿Aceptas a Jesús como tu rey hoy?


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo