Mi Recurso Adventista

La segunda venida de Jesús

24 de octubre | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«La tierra tiembla cuando él se detiene; se estremecen las naciones cuando las mira; las viejas montañas se derrumban y se deshacen los montes antiguos; pero los caminos de Dios son eternos» (Habacuc 3: 2).

En el libro de Habacuc no todo son malas noticias. El profeta anticipa lo que parecería un sueño imposible de cumplir: que un día, en cada rincón de la tierra, toda persona reconozca a Dios y lo alabe. Así lo dice la Biblia: «El conocimiento de la gloria del Señor llenará entonces toda la tierra como las aguas llenan el mar. […] Su gloria se extiende por todo el cielo, y el mundo entero se llena de su alabanza» (Habacuc 2:14; 3: 3). ¿Crees que esto sucederá? ¿Sabes cuándo? Sí, sucederá en ocasión de la segunda venida de Jesús.

El capítulo tres de Habacuc inicia con una oración. A continuación, hay una detallada descripción de cómo se manifiesta el Señor a las naciones, cómo su resplandor le allana el camino en esta tierra para que nada se oponga a su avance, ni las montañas ni los ríos o los mares pueden detenerlo. Presenta al Hijo de Dios como un guerrero que junto a su ejército montan caballos, y el sol y la luna se detienen para darles paso. Aunque el profeta mismo no alcanzó a comprender el significado de lo que escribía, esto mismo es lo que leemos en el Nuevo Testamento para describir la segunda venida de Jesús. Entonces se cumplirán los versículos mencionados anteriormente (lee Habacuc 2:14; 3: 3).

El autor de la Carta a los Hebreos, inspirado por Dios retomó las palabras de Habacuc 2: 3 para aplicarlas específicamente a la segunda venida de Jesús: «Pronto, muy pronto, vendrá el que tiene que venir. No tardará» (Hebreos 10: 37). Por otra parte, el apóstol Juan describe en Apocalipsis, en ocasión de la segunda venida, a Jesús viniendo precisamente como un guerrero: «Vi el cielo abierto; y apareció un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero. […] Lo seguían los ejércitos del cielo, vestidos de lino fino, blanco y limpio, y montados en caballos blancos» (Apocalipsis 19:11, 14). ¡Jesús viene pronto! Acepta a Jesús, reconócelo como tu Señor, Salvador y Rey.


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo