Mi Recurso Adventista

Dignos de la noticia

08 de octubre | Devoción matutina: Hija mía, no tengas miedo

«Pero el ángel les dijo: “No tengan miedo, traigo buenas noticias que les darán mucha alegría a todos”». Lucas 2:10, PDT

¿Quiénes eran dignos de recibir la noticia del nacimiento de Jesús? Herodes, el gobernante romano, perdió el honor de darle la bienvenida al Dios del universo porque estaba tan ocupado en mantenerse en el puesto de gobernador, que incluso mandó matar a niños inocentes para lograrlo (Mateo 2:13-18). Los gobernantes judíos eran conocedores e intérpretes de las profecías, pero negligentes en la misión de impartirlas (vers. 4-6). El pueblo judío pudo haber recibido un comunicado con la noticia, puesto que ellos eran los elegidos, pero estaban espiritualmente dormidos; tenían conocimiento teórico del Mesías, pero les faltaba la vivencia práctica del verdadero mensaje de salvación. Estaban tan ocupados en celebrar ritos que perdieron de vista al Mesías al que simbolizaban esos ritos. La venida del Mesías se convirtió en una noticia sin urgencia. El dueño de la casa de hospedaje estaba demasiado ocupado por lo tanto en obedecer las pólizas hoteleras. Enfocado en obedecer la ley, ignoró al Creador y la razón de la ley. Ocupado en la casa, abandonó al dueño del universo (Lucas 2: 7).

¿Existen estos mismos grupos entre quienes deberíamos esperar la segunda venida? Solo dos grupos estaban preparados para recibir la noticia de aquel acontecimiento. Un grupo fueron extranjeros: los sabios de Oriente (Mateo 2: 1,2, 9-12). Eran paganos, instruidos y ricos. Investigaron la verdad, la encontraron, y la siguieron sin demora. La gracia de Dios no está limitada por diferencias religiosas, linderos geográficos, o logros académicos y financieros. El otro grupo fue un puñado de pastores humildes y fieles. A estos hombres incultos, y con la profesión más despreciada de la época, se les dio la gran noticia. ¿Qué tenían de especial aquellos pastores? ¿Por qué se dejó a un lado a gobernantes, dirigentes religiosos y al pueblo elegido? ¡Los pastores fueron el auditorio selecto del más sublime de los conciertos, un canto de ángeles! «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Lucas 2:14). «Durante las silenciosas horas de la noche, [los pastores] hablaban del Salvador prometido, y oraban por la venida del Rey al trono de David» (DTG, cap. 4, p. 31).

Dos grupos opuestos fueron dignos de recibir la gran noticia del nacimiento del Mesías: los más ricos y los más pobres, los más instruidos y los menos letrados. Ellos escucharon, creyeron y difundieron la noticia con gozo, pero nadie les hizo caso, porque venía de labios extraños e incultos. ¡El Cielo los consideró dignos de un concierto angelical, pero el mundo no los tomó en cuenta cuando dieron la noticia del gran acontecimiento!

¡Testifica, sin importarte si te escuchan!


Devoción Matutina: Hija mía, no tengas miedo
Arsenia Fernández-Uckele