Mi Recurso Adventista

¿Hay un aniversario para Jesús?

25 de septiembre | Devoción Matutina: A Fin de Conocerle

Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día. Salmos 35:28.

Cierto día, mientras estaba en Inglaterra, había un gran desfile en las calles. Era el cincuentenario del gobierno de la reina. Todos hablaban de él. Las ventanas de las tiendas estaban llenas de retratos de la reina, y todos ensalzaban a la reina de Inglaterra. Si hubiéramos podido retirar de las ventanas las fotografías de la reina y los signos de su gloria, y colocar en su lugar manifestaciones de la gloria y la majestad de Jesús, ¿no nos habría considerado la gente como fanáticos? Habrían pensado que llevábamos demasiado lejos la religión… ¿Pero no depuso nuestro Maestro su ropaje real, su corona de gloria? ¿No cubrió su divinidad con humanidad, y vino a nuestro mundo a morir en sacrificio por el hombre? ¿Por qué no hablamos de esto? ¿Por qué no nos espaciamos en su amor incomparable? {AFC 272.5}

¡Ojalá que las lenguas perdieran su parálisis para que expresemos alabanzas a él! ¡Ojalá que el sopor espiritual que ha sobrecogido a las almas de los hombres fuera quitado, para discernir la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo! Debemos ser representantes de nuestro Señor en la tierra… Él puede comunicar la luz del cielo mediante vosotros a los que están en tinieblas. Vosotros que pretendéis conocer al Señor, que habéis probado y visto que el Señor es bueno, manifestadlo a los que os rodean. Alabad al que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Si los hombres pueden hacer tanto por el aniversario de una reina, si pueden manifestar tanto entusiasmo por un ser finito, ¿no podemos hablar para gloria del Príncipe de la vida, que ha de venir tan pronto en majestad a buscar a sus cansados seguidores, a abrir la prisión de la muerte, y a liberar a los cautivos, a darles una gloriosa inmortalidad a sus amados hijos que duermen? ¿Por qué no hablamos de Cristo en nuestras conversaciones? Ya casi hemos llegado al hogar. Hablemos cosas que animen a los cansados soldados de la cruz.—The Review and Herald, 11 de febrero de 1890. {AFC 273.1}


Devoción Matutina: A Fin de Conocerle 
Ellen G. White