Mi Recurso Adventista

El candelabro de oro

04 de abril | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«Ordena a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva, para mantener las lámparas siempre encendidas» (Éxodo 27:20).

El candelabro de oro estaba en el lugar santo, era una hermosa obra de arte labrada a martillo. Tenía seis brazos, tres a cada lado. Cada uno estaba adornado con una copa en forma de flor de almendro, una manzana y pétalos. El candelabro era la única fuente de luz para ese recinto. Los sacerdotes no podían prescindir de esa luz, la necesitaban para cumplir su función adecuadamente. Por lo tanto, si querían seguir al pie de la letra las instrucciones para la adoración agradable a Dios, debían dejarse alumbrar por esa provisión divina.

La función del candelabro era alumbrar, no importaba que fuera de oro o su atractivo diseño, de nada servía si no daba luz. Y la única manera de que alumbrara era que tuviera aceite. Afortunadamente, aun en el desierto, Dios hizo provisión de aceite puro y el candelabro alumbraba continuamente.

El candelabro del santuario representa a la Biblia, pero la Palabra de Dios resulta inútil si no la entendemos, si no obedecemos sus enseñanzas y las aplicamos en nuestro diario vivir. Gracias a Dios, porque ha hecho provisión para que, mediante el Espíritu Santo, representado por el aceite, podamos comprender las enseñanzas de la Biblia y alumbremos a los demás. Él es la fuente de luz y solo en su compañía podemos reflejarla.

Como parte del Sermón del Monte, Jesús dijo: «Ustedes son la luz de este mundo» (Mateo 5: 14). Dicha luz atrae la atención de las personas hacia Dios, de tal manera que la gente lo alabe (vers. 16). La Biblia dice que vivimos en un mundo de tinieblas, es decir, de personas que no conocen o son indiferentes al mensaje de Dios. Por ello, el apóstol Pablo nos dice: «Entre ellos brillan ustedes como estrellas en el mundo» (Filipenses 2:15). Pídele a Dios del aceite divino, es decir, de su Espíritu Santo para poder alumbrar a los que todavía no conocen a Jesús.


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo