Mi Recurso Adventista

Bezaleel, Aholiab y los demás

02 de abril | Devoción matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia

«Bezaleel y Aholiab, y todo el que tenga capacidad artística, y a quien el Señor le haya dado sabiduría y entendimiento para hacer bien todo lo necesario para el culto del santuario, llevarán a cabo lo que el Señor ha ordenado» (Éxodo 36:1).

Bezaleel era conocido entre el pueblo de Israel como un personaje con un talento artístico innato. Sus hábiles manos le permitían trabajar con destreza el oro, la plata, el bronce, las piedras preciosas, la madera y las telas. Su talento se convirtió en un don espiritual cuando Dios lo llamó con la misión específica de dirigir la edificación del santuario. En esa ocasión Dios lo llenó del Espíritu Santo, entonces emprendió la gran tarea. El Espíritu lo habilitó en toda ciencia y arte. Pero él solo no podía cumplir con aquella enorme tarea, así que, un factor vital para realizarla consistió en su disposición de enseñar a Aholiab. Juntos formaron un excelente equipo en la dirección de esta gran obra en la que también participaron muchos otros.

El Espíritu Santo nos capacita en todas las facetas de la vida. Es el Espíritu divino el que te permite aprender ciencias y artes, así como realizar eficazmente cualquier actividad que desempeñes. Puedes ser un estudiante destacado, un deportista competitivo, un trabajador eficiente, todo esto gracias a él. Desde la perspectiva humana, cuando una persona triunfa, el reconocimiento se le da a la inteligencia o astucia del ejecutor de la acción, pero nosotros sabemos que es Dios el que merece todo el crédito.

Actualmente, Dios también desea edificar su iglesia en esta tierra, anhela que su reino crezca en cada rincón del mundo. Quiere que las personas que no han escuchado de su amor y de la promesa de su Segunda Venida lo conozcan, lo acepten, y vivan felices y con esperanza. Para que esto ocurra nos necesita a todos. Por ello, Dios te ha equipado de manera única con talentos que puedes poner a su servicio. Tus talentos no son los mismos de los de tus amigos, ellos tienen los suyos, pero todos son necesarios. Participa en las actividades de tu iglesia sirviendo a los demás, hablando a otros de Jesús y repartiendo libros o revistas.


Devoción Matutina: Siguiendo las huellas de los grandes personajes de la biblia
César Sánchez Murillo